Informe sobre el Uso de Bacillus amyloliquefaciens para la Sostenibilidad del Cultivo de Poroto en el Noroeste Argentino
Introducción y Contexto del Desafío Agrícola
El cultivo de poroto común representa un pilar estratégico para la economía regional del noroeste argentino, con un 90% de su producción destinada a la exportación. Sin embargo, la intensificación del monocultivo para satisfacer la demanda ha provocado una severa degradación de los suelos. Esta problemática compromete directamente la consecución de múltiples Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres): La degradación del suelo, manifestada en la pérdida de carbono orgánico, nutrientes y biodiversidad microbiana, es un obstáculo directo para la meta 15.3 de luchar contra la desertificación y rehabilitar las tierras y los suelos degradados.
- ODS 2 (Hambre Cero): La disminución de la salud del suelo amenaza la resiliencia y productividad de los sistemas de producción de alimentos, afectando la meta 2.4 sobre la sostenibilidad de la producción alimentaria.
En respuesta a este desafío, un equipo de investigación del INTA Salta, Conicet y la Universidad Nacional de Salta (UNSa) ha evaluado una solución biotecnológica para restaurar la salud del ecosistema agrícola.
Análisis de la Cepa Bacillus amyloliquefaciens (B14) como Bioinoculante
Objetivos del Estudio
La investigación se centró en evaluar la capacidad de la cepa Bacillus amyloliquefaciens (B14) para:
- Mejorar la calidad y salud de un suelo agrícola degradado en el Valle de Lerma.
- Incrementar el crecimiento y rendimiento del cultivo de poroto común negro.
- Actuar como agente de biocontrol contra patógenos fúngicos como Macrophomina phaseolina, que causa la pudrición radicular.
- Ofrecer una alternativa sostenible a los agroquímicos convencionales, alineándose con el ODS 12.
Resultados y Contribuciones a los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los resultados del estudio demuestran un impacto positivo y multifacético, con implicaciones directas para varios ODS.
Avances hacia el ODS 15: Vida de Ecosistemas Terrestres
La inoculación con la cepa B14 generó una notable recuperación de la salud edáfica, contribuyendo a la meta 15.3.
- Mejora de la Calidad del Suelo: Se registró un aumento significativo en el carbono orgánico, nitrógeno total y fósforo extraíble.
- Reactivación Biológica: La cepa incrementó la actividad enzimática, la respiración microbiana y el carbono de la biomasa microbiana, indicadores clave de un suelo vivo y funcional.
- Fomento de la Biodiversidad: Se observó un aumento en la población de agentes de control biológico beneficiosos como Trichoderma spp., Gliocladium spp., y Pseudomonas spp., superando el efecto del agroquímico de referencia.
Impacto en el ODS 2: Hambre Cero y Agricultura Sostenible
La investigación presenta una estrategia clave para fortalecer la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola (meta 2.4).
- Control de Enfermedades: La cepa B14 demostró un efecto antagónico contra el hongo Macrophomina phaseolina, responsable de la pudrición radicular que puede reducir el rendimiento del cultivo hasta en un 80%.
- Protección del Rendimiento: Al reducir la incidencia de enfermedades de manera biológica, se asegura la productividad del poroto, un cultivo fundamental para la nutrición y la economía local.
Alineación con el ODS 12: Producción y Consumo Responsables
El uso de B. amyloliquefaciens promueve un modelo de producción agrícola más responsable (meta 12.4).
- Alternativa a Agroquímicos: La investigación valida una alternativa biológica eficaz a los fungicidas químicos, reduciendo la dependencia de insumos sintéticos y su potencial impacto ambiental.
- Producción Sostenible: Este bioinoculante no solo protege el cultivo, sino que mejora el recurso base (el suelo), sentando las bases para un ciclo de producción más resiliente y sostenible a largo plazo.
Conclusiones y Proyección Futura
El estudio concluye que la cepa Bacillus amyloliquefaciens (B14) es un bioinoculante con un alto potencial para la agricultura del noroeste argentino. Su aplicación representa una estrategia integral que aborda simultáneamente la productividad del cultivo y la regeneración del ecosistema.
La adopción de esta tecnología puede impulsar un modelo agrícola que no solo es económicamente viable, sino que también contribuye activamente a las metas nacionales e internacionales de desarrollo sostenible, promoviendo la salud de los ecosistemas terrestres (ODS 15), la seguridad alimentaria (ODS 2) y patrones de producción responsables (ODS 12).
1. ¿Qué Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se abordan o están conectados con los temas destacados en el artículo?
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ODS 2: Hambre Cero
El artículo se centra en el poroto, un “cultivo estratégico con gran relevancia para la economía regional”, cuya producción se destina en un 90% a la exportación. La investigación busca “asegurar su rendimiento, calidad y rentabilidad”. Al abordar la pudrición de raíces que puede disminuir el rendimiento hasta en un 80%, el estudio contribuye directamente a la seguridad alimentaria y a la promoción de una agricultura sostenible.
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ODS 9: Industria, Innovación e Infraestructura
El texto describe una investigación científica llevada a cabo por un equipo del INTA, Conicet y la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Este esfuerzo por desarrollar un “bioinoculante potencial” basado en la cepa Bacillus amyloliquefaciens representa una innovación tecnológica destinada a mejorar las prácticas agrícolas y la productividad, fomentando la investigación científica aplicada.
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ODS 12: Producción y Consumo Responsables
La investigación propone una alternativa biológica a los agroquímicos. El artículo menciona que los efectos de la cepa bacteriana “fueron comparados con el de un agroquímico comúnmente utilizado en la región” y que la cepa mostró “un efecto mayor que el del agroquímico” en la promoción de agentes de control biológico. Esto fomenta un modelo de producción agrícola más sostenible y con menor dependencia de productos químicos sintéticos.
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ODS 15: Vida de Ecosistemas Terrestres
Un tema central del artículo es la “paulatina degradación de los suelos productivos” debido al monocultivo. La investigación se enfoca en mejorar la calidad de un “suelo degradado” y restaurar su salud biológica. Se destaca que la cepa bacteriana “mejoró la disponibilidad de nutrientes, aumentó el carbono orgánico del suelo” y restauró la “diversidad microbiológica del suelo”, contribuyendo directamente a la lucha contra la degradación de las tierras.
2. ¿Qué metas específicas de los ODS se pueden identificar en función del contenido del artículo?
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Meta 2.4
“Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático […] y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra”. El artículo aborda esta meta al proponer el uso de B. amyloliquefaciens como una práctica agrícola resiliente que no solo protege el cultivo del poroto contra enfermedades (aumentando la productividad), sino que también mejora activamente la calidad del suelo degradado.
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Meta 9.5
“Aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica de los sectores industriales de todos los países […] alentando la innovación”. La colaboración entre INTA, Conicet y la UNSa para investigar y desarrollar un bioinoculante es un ejemplo claro de fomento a la investigación científica y la innovación tecnológica en el sector agrícola argentino.
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Meta 12.4
“Para 2020, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida […] y reducir significativamente su liberación a la atmósfera, el agua y el suelo a fin de minimizar sus efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente”. Al presentar la cepa bacteriana como una alternativa más efectiva que un agroquímico, el estudio promueve la reducción del uso de productos químicos en la agricultura, alineándose con una gestión más ecológica de la producción agrícola.
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Meta 15.3
“Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo”. El objetivo explícito del estudio de “evaluar la capacidad de la cepa […] para mejorar la calidad de un suelo degradado en el Valle de Lerma” y los resultados que demuestran mejoras en la salud del suelo se conectan directamente con la rehabilitación de tierras agrícolas degradadas.
3. ¿Hay algún indicador de los ODS mencionado o implícito en el artículo que pueda usarse para medir el progreso hacia los objetivos identificados?
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Indicadores para la Meta 2.4 y 15.3
El artículo menciona explícitamente varios indicadores biofísicos que se utilizan para medir la calidad y salud del suelo, los cuales son fundamentales para evaluar el progreso hacia la agricultura sostenible y la neutralidad en la degradación de la tierra (Indicador 15.3.1: Proporción de tierras degradadas sobre el total de la superficie terrestre). Estos son:
- Carbono orgánico del suelo
- Nitrógeno total
- Fósforo extraíble
- Actividad enzimática del suelo
- Respiración microbiana
- Carbono de biomasa microbiana
Además, la “reducción de la pudrición de raíces y tallos” y la prevención de la disminución del rendimiento (hasta un 80%) son indicadores implícitos de la productividad y resiliencia agrícola (relacionado con el Indicador 2.4.1: Proporción de la superficie agrícola cultivada con prácticas productivas y sostenibles).
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Indicadores para la Meta 9.5
El artículo en sí mismo es una evidencia cualitativa del progreso hacia esta meta. La existencia de un proyecto de investigación colaborativo entre instituciones públicas de ciencia y tecnología (INTA, Conicet, UNSa) es un indicador implícito de la actividad de investigación y desarrollo (I+D) en el país, relacionado con el Indicador 9.5.1 (Gastos en investigación y desarrollo como proporción del PIB).
4. Tabla de ODS, metas e indicadores
ODS, metas e indicadores | Metas de los ODS | Indicadores de los ODS |
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ODS 2: Hambre Cero | 2.4 – Asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes. | Implícito: Aumento del rendimiento del cultivo de poroto al reducir pérdidas por enfermedades. (Relacionado con Indicador 2.4.1). |
ODS 9: Industria, Innovación e Infraestructura | 9.5 – Aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica. | Implícito: Existencia del proyecto de investigación y desarrollo de un bioinoculante por parte de instituciones nacionales. (Relacionado con Indicador 9.5.1). |
ODS 12: Producción y Consumo Responsables | 12.4 – Lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos. | Implícito: Desarrollo de una alternativa biológica que demuestra ser más efectiva que un agroquímico, promoviendo la reducción de su uso. |
ODS 15: Vida de Ecosistemas Terrestres | 15.3 – Luchar contra la desertificación y rehabilitar las tierras y los suelos degradados. | Mencionados: Aumento del carbono orgánico del suelo, nitrógeno total, fósforo extraíble, actividad enzimática, respiración microbiana y carbono de biomasa microbiana. (Relacionado con Indicador 15.3.1). |
Fuente: ruralnet.com.ar