La emisión de gases de efecto invernadero (GEI)
Una hipótesis firmemente asentada sostiene que el hombre podría haberse convertido en un agente climático determinante, desde hace relativamente poco tiempo. Su influencia sería mucho mayor al producir con su actividad, sobre todo en los países desarrollados, una gran emisión de gases que producen un intenso efecto invernadero. El consenso científico ha identificado al dióxido de carbono CO2 como el forzante dominante, presente en las emisiones de las instalaciones industriales y los medios de transporte. (El gas dominante, realmente es el vapor de agua pero tiene una vida atmosférica muy corta -cerca de 10 días- y está casi en un equilibrio dinámico en la atmósfera)
El metano y el óxido nitroso son también grandes contribuyentes forzantes del efecto invernadero. El protocolo de Kioto los incluye junto con hidrofluorocarbonos (HFCs), perfluorocarbonos (PFCs), y hexafluoruro de azufre (SF6). Sin embargo, estos últimos son totalmente artificiales (es decir, antropogénicos).
No son únicamente las actividades industriales las más contaminantes. De acuerdo con un estudio de FAO[1], la ganadería es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Más que las emisiones conjuntas de todo el transporte mundial.
Actualmente las emisiones se han incrementado hasta tal nivel que parece difícil que se reduzcan a corto y medio plazo, por las implicaciones técnicas y económicas de las actividades involucradas.
Retroalimentaciones y factores moderadores
Muchos cambios climáticos importantes se dan por pequeños desencadenantes que pueden formar un mecanismo que se realimenta a sí mismo amplificando su efecto. Asimismo, la Tierra puede responder con mecanismos, moderadores o no. El resultado será algún tipo de cambio más o menos brusco pero impredecible a largo plazo, ya que el sistema climático es caótico y complejo.
Un ejemplo de feedback positivo es el efecto albedo[2]. Un aumento de la masa helada incrementa la reflexión de la radiación directa y, por consiguiente, amplifica el enfriamiento. De modo inverso, la desaparición de masa helada amplifica el calentamiento. La fusión de los casquetes polares es, por tanto una retroalimentación En el momento en que empieza a abrirse el paso a las corrientes se contribuye a homogeneizar las temperaturas y se favorece la fusión completa de todo el casquete, se suavizan las temperaturas polares, y se lleva el planeta a un mayor calentamiento al reducir el albedo.
La Tierra ha tenido períodos cálidos sin casquetes polares. Un planeta sin casquetes polares permite una mejor circulación de las corrientes marinas, sobre todo en el hemisferio norte, y disminuye la diferencia de temperatura entre el ecuador y los Polos. No obstante, la fusión de los hielos también podría alterar las corrientes marinas del Atlántico Norte provocando una bajada local de las temperaturas medias en esa región. El problema es de difícil predicción ya que, como se ve, hay retroalimentaciones positivas y negativas.
Posibles consecuencias del aumento del efecto invernadero
La atmósfera influye fundamentalmente en el clima; si no existiese, la temperatura en la Tierra sería de –20 °C.
El Sol, por su alta temperatura, emite radiación, desde el infrarrojo hasta el ultravioleta. La atmósfera actúa como filtro y deja pasar solo parte de la radiación solar. La tierra tiene una temperatura mucho menor, y emite radiación a una longitud de onda mucho más larga, infrarroja, a la que la atmósfera ya no es transparente. El CO2, absorbe dicha radiación[3] emitida por la tierra.
También lo hace, y en mayor medida, el vapor de agua. El resultado es que la atmósfera se calienta y devuelve a la Tierra parte de esa energía, por lo que la temperatura superficial es de unos 15 °C, a causa de este efecto invernadero.
Durante las últimas décadas las mediciones en las diferentes estaciones meteorológicas indican que el planeta se ha ido calentando. Los últimos 10 años han sido los más calurosos desde que se llevan registros y algunos científicos predicen que en el futuro serán aún más calientes.
A medida que el planeta se calienta, disminuye globalmente el hielo en las montañas y las regiones polares; por ejemplo el de la banquisa ártica o el casquete glaciar de Groenlandia. La disminución de los casquetes polares, como ya se ha dicho, afectará al albedo terrestre, lo que hará que la Tierra se caliente aún más. De la misma manera, un aumento de la nubosidad debido a una mayor evaporación contribuirá a un aumento del albedo.
Con el ascenso de la temperatura global el agua en los océanos se expande. El agua de la tierra o de los glaciares pasa
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con los temas destacados en el artículo:
- Objetivo 13: Acción por el clima
- Objetivo 14: Vida submarina
- Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres
Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:
- Meta 13.2: Integrar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en las políticas y estrategias nacionales.
- Meta 14.2: Sostener y conservar los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
- Meta 15.1: Velar por la conservación, restablecimiento y uso sostenible de los ecosistemas terrestres.
Indicadores de los ODS mencionados o implícitos en el artículo:
- Indicador 13.2.1: Número total de países que han adoptado políticas y leyes integradas sobre cambio climático.
- Indicador 14.2.1: Progreso en la conservación y uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos.
- Indicador 15.1.1: Superficie forestal como proporción del área total de tierra.
Tabla de ODS, metas e indicadores:
ODS | Metas | Indicadores |
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Objetivo 13: Acción por el clima | Meta 13.2: Integrar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en las políticas y estrategias nacionales. | Indicador 13.2.1: Número total de países que han adoptado políticas y leyes integradas sobre cambio climático. |
Objetivo 14: Vida submarina | Meta 14.2: Sostener y conservar los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. | Indicador 14.2.1: Progreso en la conservación y uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos. |
Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres | Meta 15.1: Velar por la conservación, restablecimiento y uso sostenible de los ecosistemas terrestres. | Indicador 15.1.1: Superficie forestal como proporción del área total de tierra. |
El artículo aborda principalmente el tema del cambio climático y sus impactos en el medio ambiente, centrándose en la emisión de gases de efecto invernadero y las consecuencias del aumento del efecto invernadero. Estos temas están directamente relacionados con el Objetivo 13: Acción por el clima. Además, se menciona la influencia de las actividades humanas, como la ganadería, en las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que está conectado con el Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres.
En cuanto a las metas específicas de los ODS, el artículo menciona la necesidad de integrar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en las políticas y estrategias nacionales, lo que se relaciona con la Meta 13.2 del Objetivo 13. También se destaca la importancia de sostener y conservar los océanos y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, lo que está alineado con la Meta 14.2 del Objetivo 14. Además, se menciona la necesidad de velar por la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, lo que se relaciona con la Meta 15.1 del Objetivo 15.
En cuanto a los indicadores, el artículo no menciona explícitamente ningún indicador de los ODS, pero se pueden identificar algunos indicadores relevantes para medir el progreso hacia los objetivos identificados. Por ejemplo, el indicador 13.2.1: Número total de países que han adoptado políticas y leyes integradas sobre cambio climático puede ser utilizado para medir el progreso hacia la Meta 13.2 del Objetivo 13. Del mismo modo, el indicador 14.2.1: Progreso en la conservación y uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos puede ser utilizado para medir el progreso hacia la Meta 14.2 del Objetivo 14. Por último, el indicador 15.1.1: Superficie forestal como proporción del área total de tierra puede ser utilizado para medir el progreso hacia la Meta 15.1 del Objetivo 15.
¡Atención! Este espléndido artículo nace de la fuente del conocimiento, moldeado por una maravillosa tecnología patentada de inteligencia artificial que profundizó en un vasto océano de datos, iluminando el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerda que todos los derechos están reservados por SDG Investors LLC, lo que nos permite defender el progreso juntos.
Fuente: rondasomontano.com
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