Contaminación atmosférica y salud mental
Londres, 20 ago (EFE).- Un nuevo estudio del King’s College de Londres afirma que la contaminación atmosférica, además de contribuir al calentamiento global, incide en nuestra salud mental. El aumento del uso de servicios sanitarios se asocia a la alta exposición a la polución, especialmente en personas con trastorno de demencia.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
- ODS 3: Salud y bienestar
- ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles
La doctora Amy Ronaldson, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres, afirma que “la contaminación atmosférica definitivamente tiene un impacto no solo en nuestra salud física, también mental”. Junto con el profesor Ioannis Bakolis, codirige un estudio que muestra cómo la contaminación incrementa la severidad del uso de los servicios mentales de salud y crea una necesidad médica en su reducción.
El estudio se basó en más de 5.000 personas diagnosticadas con demencia en el sur de Londres, una zona conocida por su alta polución. Durante más de nueve años, se encontró que la alta exposición a la contaminación incrementa el uso de estos recursos en un 27% entre personas sin condición previa médica, y un 38% entre aquellas que padecen demencia o alzheimer.
La invisible amenaza
Tanto la nocividad como la invisibilidad de la contaminación atmosférica hacen que este fenómeno pase inadvertido. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) la define como “la mayor amenaza global pública” y estima que causa siete millones de muertes prematuras cada año en todo el mundo.
El dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión son identificados como los principales agentes patógenos, con fuentes como el tráfico diario, fábricas e incluso actividades domésticas. Según el doctor Bakolis, “evidencias recientes sugieren que muy pequeñas partículas en suspensión podrían llegar al cerebro a través de la nariz”.
La investigadora Ronaldson agrega que existen efectos directos e indirectos de la contaminación en el cerebro, los cuales pueden afectar la salud física. Un ejemplo común es la demencia vascular, causada por la reducción del riego sanguíneo al cerebro debido a los efectos de los contaminantes del aire en el sistema cardiovascular.
Mitigar para respirar
El doctor Bakalis advierte que el actual nivel de contaminación del aire tiene un enorme impacto sanitario y económico, con un gran coste social. Este contexto se puede extrapolar a grandes núcleos urbanos como Londres, Milán o Madrid, que superan los niveles medios aconsejados de contaminación por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El académico sostiene que reducir la contaminación puede tener un impacto en los servicios sanitarios y en la salud pública. Para lograrlo, Bakalis y Ronaldson sugieren diferentes formas de intervención, como la introducción de “Zonas de Emisión Ultra Bajas” a nivel urbano, y la formación profesional en sanidad mental para discutir sobre su impacto. También se propone la prescripción natural y mantener alejadas las residencias y centros de salud mental del bullicio urbano.
La investigadora Ronaldson afirma que es importante reconocer los efectos negativos de la contaminación en la salud mental, ya que “no hay salud sin salud mental”. Según Bakolis, esto implica la participación de toda la sociedad para proteger el aire de nuestros barrios y crear un lugar mejor para el futuro.
Por Guillermo Garrido
1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:
- Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
- Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:
- Meta 3.4: Reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar.
- Meta 11.6: Reducir el impacto ambiental negativo per capita de las ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos municipales y otros.
3. Indicadores de los ODS mencionados o implícitos en el artículo:
- Indicador 3.4.1: Tasa de mortalidad atribuible a enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas.
- Indicador 11.6.2: Proporción de ciudades con niveles de calidad del aire que cumplen con las directrices nacionales y internacionales.
4. Tabla de ODS, metas e indicadores:
ODS | Metas | Indicadores |
---|---|---|
Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. | Meta 3.4: Reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar. | Indicador 3.4.1: Tasa de mortalidad atribuible a enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas. |
Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. | Meta 11.6: Reducir el impacto ambiental negativo per capita de las ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos municipales y otros. | Indicador 11.6.2: Proporción de ciudades con niveles de calidad del aire que cumplen con las directrices nacionales y internacionales. |
¡Atención! Este espléndido artículo nace de la fuente del conocimiento, moldeado por una maravillosa tecnología patentada de inteligencia artificial que profundizó en un vasto océano de datos, iluminando el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerda que todos los derechos están reservados por SDG Investors LLC, lo que nos permite defender el progreso juntos.
Fuente: quepasamedia.com
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