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La urgencia de la educación sexual integral – CIPER Chile

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La urgencia de la educación sexual integral  Ciper



La urgencia de la educación sexual integral – CIPER Chile

La urgencia de la educación sexual integral

Introducción

Una nueva polémica en torno a charlas de contenidos inapropiados para escolares devuelve en estos días el tema de cómo niños, niñas y adolescentes reciben en Chile una guía que les permita orientar una sexualidad sana y segura. En columna para CIPER, una especialista en psicología y salud pública comenta cómo el tema no puede seguir esperando: «Se necesita un currículo de ESI que sea actualizado y apropiado al desarrollo de las cambiantes necesidades de la adolescencia hoy, con objetivos de salud claros. Negar esta información y cuidados viola derechos y tiene consecuencias adversas, tanto en desarrollo individual, como para la salud pública de la población general.»

La importancia de la educación sexual integral

Cuando viví mi adolescencia, eran comunes las anécdotas sobre malos tratos al interior de la pareja, el miedo a practicarse un aborto, violencia hacia personas LGBTQ+ y la falta de acceso a la Salud Sexual y Reproductiva (SSR). Muchas veces me vi enseñándoles a mis cercano/as acerca de educación sexoafectiva y la sexualidad misma, y no porque yo estuviese más calificado para ello, sino porque el acceso a esta información se trata de un derecho. Según la literatura científica, recibir educación sexual durante la adolescencia puede prevenir la iniciación sexual temprana y ayudar a tomar decisiones responsables [OMS 2023], y no tener acceso a ella aumenta la vulnerabilidad ante enfermedades de transmisión sexual o abuso sexual. Es por ello que padres y madres no pueden ser los únicos responsables de educar a sus hijo/a/es sobre «la intimidad». La educación sexual integral (ESI) es una responsabilidad de salud pública y un tema de justicia social.

Hoy Chile necesita urgentemente legislación de salud y educación integrada en cuanto a ESI, y que esta pueda satisfacer las necesidades de adolescentes y jóvenes.

Desafíos y obstáculos

Cada vez que una polémica devuelve este tema al debate público comienzan a circular argumentos poco científicos, y diversos sectores recurren a presiones y a lobby. A mediados de 2023, coincidieron la acusación constitucional contra el entonces ministro de Educación por «presuntas infracciones en la implementación y ejecución de los programas de educación sexual del ministerio» y las denuncias de abuso sexual por parte de personal médico en una escuela de Talcahuano. Esta semana, en tanto, ha saltado a los medios la denuncia de un grupo de padres de una escuela de Arica cuyos hijos de quinto básico (9 a 10 años) recibieron una charla sobre sexualidad de contenidos inapropiados para la etapa de desarrollo de los menores, además de estar fuera de un protocolo claro y no haberse discutido previamente con la comunidad escolar.

Se trata de temas que no son livianos, y que exigen una discusión con evidencia científica. Niños, niñas y adolescentes (NNA) representan el 24% de la población chilena, y 70% de ésta utiliza el servicio de salud pública [DEFENSORÍA DE LA NIÑEZ 2021]. Necesitamos por eso un plan a largo plazo que, además de enseñar ESI en la escuela, dicte estándares de salud y estrategias para su alcance efectivo. Hoy la Ley 20.418 aborda la «fertilidad» (métodos anticonceptivos o de gestión reproductiva) y las ETS de manera insuficiente en el currículo escolar, considerando que Chile «tiene las más altas tasas de nuevos casos de VIH en América Latina» [FERRER et al. 2022], con alzas en las ETS en la población de entre 15 y 25 años reportadas el pasado agosto por el MINSAL. Desde la epidemiología, estos números son indudablemente una crisis de salud pública.

La necesidad de una nueva legislación

Más grave aún, esta ley no especifica diferencias de desarrollo biológico, psicológico y sexual entre grupos etáreos, planteando «normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad». Con el mayor uso de la tecnología y los grandes cambios socioculturales de la última década, es una normativa que requiere urgente reevaluación, y no desde posturas que promuevan mitos ni desinformación. Chile necesita un currículo de ESI que sea actualizado y apropiado al desarrollo de las cambiantes necesidades de la adolescencia hoy, con objetivos de salud claros. Negarles a NNA esta información y cuidados viola sus derechos y tiene consecuencias adversas, tanto en su desarrollo individual, como para la salud pública de la población general.

Responsabilidad del Estado

Al sugerir la necesidad de que se provea de «orientación para la vida afectiva y sexual» durante la enseñanza media, la Ley 20.418 apunta que ésta sea «de acuerdo a sus creencias o formación. En la práctica, esto deja en manos del MINSAL «[disponer] el modo en que los órganos con competencia en la materia harán efectivo el ejercicio de este derecho», dejando pendiente establecer estándares nacionales y longitudinales en materia de SSR, con direcciones generales y metas concretas para una óptima ejecución.

Una nueva ley de ESI debiera contemplar estándares de educación y salud, tanto

1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:

  • Objetivo 3: Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades.
  • Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
  • Objetivo 5: Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas.
  • Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países.
  • Objetivo 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.

2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:

  • Meta 3.7: Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los servicios de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y programas nacionales.
  • Meta 4.7: Para 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre ellos, mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
  • Meta 5.6: Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.
  • Meta 10.2: Para 2030, empoderar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.
  • Meta 16.7: Asegurar una adopción generalizada y efectiva de medidas para facilitar el acceso a la justicia para todos y crear a todos los niveles instituciones eficaces, responsables e inclusivas que rindan cuentas.

3. Indicadores de los ODS mencionados o implícitos en el artículo:

  • Indicador 3.7.1: Proporción de mujeres de 15 a 49 años que han tenido relaciones sexuales y han utilizado métodos anticonceptivos modernos.
  • Indicador 4.7.1: Porcentaje de estudiantes que alcanzan al menos un nivel mínimo de competencia en lectura y matemáticas (por ejemplo, porcentaje de estudiantes que alcanzan el nivel 2 en las pruebas PISA).
  • Indicador 5.5.1: Proporción de asientos ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales y locales.
  • Indicador 10.2.1: Proporción de personas que viven por debajo del umbral nacional de pobreza, desagregadas por edad, sexo, discapacidad y ubicación geográfica.
  • Indicador 16.7.1: Proporción de personas que tienen una identificación legal reconocida por el gobierno.

4. Tabla de ODS, metas e indicadores:

ODS Metas Indicadores
Objetivo 3 Meta 3.7: Garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva. Indicador 3.7.1: Proporción de mujeres de 15 a 49 años que han tenido relaciones sexuales y han utilizado métodos anticonceptivos modernos.
Objetivo 4 Meta 4.7: Asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible. Indicador 4.7.1: Porcentaje de estudiantes que alcanzan al menos un nivel mínimo de competencia en lectura y matemáticas.
Objetivo 5 Meta 5.6: Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo. Indicador 5.5.1: Proporción de asientos ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales y locales.
Objetivo 10 Meta 10.2: Empoderar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas. Indicador 10.2.1: Proporción de personas que viven por debajo del umbral nacional de pobreza.
Objetivo 16 Meta 16.7: Asegurar una adopción generalizada y efectiva de medidas para facilitar el acceso a la justicia para todos. Indicador 16.7.1: Proporción de personas que tienen una identificación legal reconocida por el gobierno.

¡Atención! Este espléndido artículo nace de la fuente del conocimiento, moldeado por una maravillosa tecnología patentada de inteligencia artificial que profundizó en un vasto océano de datos, iluminando el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerda que todos los derechos están reservados por SDG Investors LLC, lo que nos permite defender el progreso juntos.

Fuente: ciperchile.cl

 

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