
Reportajes de la FAO
Cinco razones por las que necesitamos proteger nuestros suelos
Una de las principales amenazas para el suelo es la erosión, que afecta a la producción de hasta el 95% de los alimentos que consumimos. ©Carey Marks/University of Plymouth
15/05/2019
Introducción
Uno de los ingredientes clave para un futuro #HambreCero es el suelo que hay bajo nuestros pies. Aunque no lo parezca, el suelo está lleno de agua, nutrientes y microorganismos que son esenciales para producir nuestros alimentos. Sin embargo, el suelo es un recurso finito: restaurar incluso unos pocos centímetros puede llevar hasta mil años. Por lo tanto, si queremos garantizar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición en el futuro, tenemos que cuidar hoy nuestro suelo.
La erosión del suelo y su impacto en la seguridad alimentaria
Sin embargo, ¿qué pasaría si les dijéramos que cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a un campo de fútbol? Sorprendente, ¿verdad? Resulta acertado decir que una de las principales amenazas para el suelo y nuestra seguridad alimentaria es la erosión. Este fenómeno hace referencia a la remoción de la capa superficial del suelo por el agua, el viento o actividades agrícolas insostenibles como la labranza intensiva. Parte de la erosión del suelo es natural y se produce en todas las condiciones climáticas de todos los continentes. Pero gran parte de ella se debe a actividades humanas insostenibles –como el sobrepastoreo, la agricultura intensiva y la deforestación– que pueden aumentar la tasa de erosión del suelo hasta un millar de veces.
La erosión acelerada del suelo puede tener consecuencias desastrosas para todos. Si no actuamos ahora, más del 90% de los suelos de la Tierra podrían degradarse para 2050.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
He aquí cinco formas en que la erosión del suelo amenaza nuestra seguridad alimentaria y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
- La erosión del suelo restringe nuestra capacidad para producir alimentos nutritivos
- La erosión del suelo conduce a la degradación de los ecosistemas
- La erosión del suelo afecta al suministro de agua
- La erosión del suelo daña las infraestructuras urbanas
- La erosión del suelo contribuye a la pobreza y puede conducir a la migración
Conclusiones
A pesar de todo, hay buenas noticias: en algunos lugares del mundo, las tasas de erosión del suelo han disminuido en las últimas décadas. De hecho, la erosión puede reducirse en gran medida en casi todos los contextos con prácticas de gestión sostenible del suelo, como la construcción de terrazas o el desarrollo de cultivos de cobertura que protejan la superficie del suelo. Trabajando juntos, agricultores, científicos y responsables de las políticas pueden desarrollar estrategias y programas para luchar contra la erosión del suelo.
Dado que el 95% de nuestros alimentos proviene del suelo, es imperativo detener su erosión. Nuestra capacidad para alcanzar los ODS y garantizar un futuro #HambreCero depende de ello.
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La erosión del suelo puede aumentar la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, como deslizamientos de tierra e inundaciones. ©Carey Marks/University of Plymouth

Combatir la erosión del suelo será clave para un futuro sin hambre y para alcanzar la Agenda 2030. ©Freedomz/shutterstock.com
1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:
- Objetivo 2: Hambre Cero
- Objetivo 6: Agua Limpia y Saneamiento
- Objetivo 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles
- Objetivo 13: Acción por el Clima
- Objetivo 15: Vida de Ecosistemas Terrestres
2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:
- Meta 2.4: Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, que ayuden a mantener los ecosistemas, que fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y que mejoren progresivamente la calidad del suelo.
- Meta 6.6: Para 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.
- Meta 11.5: Para 2030, reducir significativamente el número de muertes y el número de personas afectadas y reducir considerablemente las pérdidas económicas directas causadas por los desastres, incluidos los relacionados con el agua, y aumentar considerablemente el número de países que adoptan y aplican estrategias de reducción del riesgo de desastres a todos los niveles.
- Meta 13.1: Reforzar la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países.
- Meta 15.3: Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y luchar por lograr un mundo con una degradación neutra del suelo.
3. Indicadores de los ODS mencionados o implícitos en el artículo:
- Indicador 2.4.1: Proporción de tierras agrícolas sujetas a prácticas de gestión sostenible del suelo.
- Indicador 6.6.1: Cambio en la extensión de los ecosistemas relacionados con el agua.
- Indicador 11.5.1: Número de muertes, personas afectadas y pérdidas económicas directas atribuidas a desastres naturales relacionados con el agua.
- Indicador 13.1.1: Número de países que han adoptado e implementado estrategias nacionales para la reducción del riesgo de desastres.
- Indicador 15.3.1: Superficie de tierra degradada y proporción de tierra degradada en relación con la superficie total.
4. Tabla de ODS, metas e indicadores:
ODS | Metas | Indicadores |
---|---|---|
Objetivo 2: Hambre Cero | Meta 2.4: Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, que ayuden a mantener los ecosistemas, que fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y que mejoren progresivamente la calidad del suelo. | Indicador 2.4.1: Proporción de tierras agrícolas sujetas a prácticas de gestión sostenible del suelo. |
Objetivo 6: Agua Limpia y Saneamiento | Meta 6.6: Para 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos. | Indicador 6.6.1: Cambio en la extensión de los ecosistemas relacionados con el agua. |
Objetivo 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles | Meta 11.5: Para 2030, reducir significativamente el número de muertes y el número de personas afectadas y reducir considerablemente las pérdidas económicas directas causadas por los desastres, incluidos los relacionados con el agua, y aumentar considerablemente el número de países que adoptan y aplican estrategias de reducción del riesgo de desastres a todos los niveles. | Indicador 11.5.1: Número de muertes, personas afectadas y pérdidas económicas directas atribuidas a desastres naturales relacionados con el agua. |
Objetivo 13: Acción por el Clima | Meta 13.1: Reforzar la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países. | Indicador 13.1.1: Número de países que han adoptado e implementado estrategias nacionales para la reducción del riesgo de desastres. |
Objetivo 15: Vida de Ecosistemas Terrestres | Meta 15.3: Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y luchar por lograr un mundo con una degradación neutra del suelo. | Indicador 15.3.1: Superficie de tierra degradada y proporción de tierra degradada en relación con la superficie total. |
Fuente: fao.org