El SIDA y su impacto en la sociedad
Ya han pasado 42 años desde la identificación, en 1981, de los primeros casos del que después se denominaría Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Durante este tiempo se ha identificado el agente causal de la enfermedad, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y se han hecho avances inimaginables respecto al conocimiento inmunológico, las técnicas moleculares diagnósticas y los tratamientos de esta infección, de forma que actualmente el VIH correctamente tratado, es una enfermedad crónica con una esperanza de vida similar en la población no infectada.
El papel del SIDA en la lucha por los derechos sexuales
Pero el sida no solo ha espoleado las ciencias biomédicas, sino también aspectos sociales y políticos, teniendo un papel clave en la lucha por los derechos sexuales de colectivos como los de los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y las mujeres trans, al poner de relieve las grandes desigualdades sociales, facilitando la participación de los afectados en la definición de las agendas científicas y políticas, y forzando la colaboración entre sectores. El sida ha sido un motor de cambio.
El VIH en el siglo XXI
El primero de los muchos artículos que he escrito en esta sección de EL PERIÓDICO sobre el sida , fue hace 30 años (26 de junio de 1993), a raíz de la Conferencia Internacional del Sida, celebrada a Berlín aquel año. Se titulaba ‘Sida: prevención, investigación y solidaridad’, y comentaba que la conferencia no podía ser “considerada la de la decepción, sino la de la prudencia y el realismo. La lucha contra esta epidemia será larga y requiere una respuesta global”.
Así ha sido, y así continúa siendo. Cómo reza un dicho árabe “quien prediga el futuro se equivoca, aunque acierte”, pero con el conocimiento actual podemos decir que el VIH seguirá presente en las sociedades del siglo XXI, porque seguimos sin disponer de una vacuna preventiva, ni de un tratamiento que consiga eliminar el virus del organismo. Además, a pesar de que el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, creado en el contexto de la XIV Conferencia Internacional del Sida celebrado en Barcelona el 2002, va consiguiendo hacer realidad el acceso global a los tratamientos antirretrovirales y disminuir las dramáticas diferencias de mortalidad que había entre el Norte y el Sur, los retos para usar las tecnologías existentes continúan siendo radicalmente diferentes.
Disminuir barreras
Pese a que a nivel biomédico, más allá de la mítica vacuna preventiva, las líneas de investigación se basan al desarrollar técnicas diagnósticas más usables y baratas, fármacos terapéuticos y preventivos más efectivos, con menos efectos adversos y de más larga duración, los grandes retos de futuro por esta pandemia son programáticos y estructurales. Por un lado, habrá que incluir estos adelantos en los sistemas sanitarios de forma efectiva e integrada con otros problemas de salud como las infecciones de transmisión sexual (ITS); y por otro, habrá que disminuir el impacto que las barreras estructurales, como las económicas y legales o el estigma y la discriminación, suponen para muchas poblaciones vulnerables para acceder.
Esto se especialmente importante a escala mundial, ya que los países donde ocurren el mayor número de infecciones y muertes por VIH son los que tienen sistemas de salud deficitarios, inmensas desigualdades sociales y donde la discriminación –e incluso persecución– de grupos de mayor riesgo, como los HSH y las mujeres trans o de las personas que viven con VIH en general, son habituales.
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Acabo de volver de un país del Caribe donde el 30% de los pacientes tratados con antirretrovirales abandonan el tratamiento, bien por miedo a que se conozca su condición de afectado, por no disponer de los recursos económicos para coger el autobús e ir al hospital, o por temor a ser perseguidos por su situación de irregularidad.
La investigación y los adelantos médicos continuarán siendo claves, pero para que tengan impacto hay que mejorar su implementación y, sobre todo, hacer políticas sociales y económicas más equitativas. El covid-19 nos ha confirmado que las enfermedades transmisibles no tienen fronteras y, a pesar de lo mucho que hemos avanzado, como decía hace 30 años, la lucha contra el sida tiene que continuar siendo global.
1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:
- Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
- Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
- Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países.
- Objetivo 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:
- Meta 3.3: Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles.
- Meta 5.1: Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en todo el mundo.
- Meta 10.3: Garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto.
- Meta 16.6: Desarrollar instituciones eficaces, responsables y transparentes en todos los niveles.
3. Indicadores de los ODS mencionados en el artículo:
- Indicador 3.3.1: Número de nuevas infecciones por VIH entre la población general y entre los grupos de mayor riesgo.
- Indicador 5.1.1: Proporción de mujeres y niñas víctimas de violencia física o sexual en los últimos 12 meses.
- Indicador 10.3.1: Proporción de la población cuyos ingresos se encuentran por debajo del umbral de pobreza nacional, desagregados por sexo, edad, empleo informal y ubicación geográfica.
- Indicador 16.6.1: Proporción de la población que percibe haber sido víctima de corrupción en las últimas 12 meses.
4. Tabla de ODS, metas e indicadores:
ODS | Metas | Indicadores |
---|---|---|
Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. | Meta 3.3: Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles. | Indicador 3.3.1: Número de nuevas infecciones por VIH entre la población general y entre los grupos de mayor riesgo. |
Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas. | Meta 5.1: Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en todo el mundo. | Indicador 5.1.1: Proporción de mujeres y niñas víctimas de violencia física o sexual en los últimos 12 meses. |
Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países. | Meta 10.3: Garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto. | Indicador 10.3.1: Proporción de la población cuyos ingresos se encuentran por debajo del umbral de pobreza nacional, desagregados por sexo, edad, empleo informal y ubicación geográfica. |
Objetivo 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles. | Meta 16.6: Desarrollar instituciones eficaces, responsables y transparentes en todos los niveles. | Indicador 16.6.1: Proporción de la población que percibe haber sido víctima de corrupción en las últimas 12 meses. |
¡Atención! Este espléndido artículo nace de la fuente del conocimiento, moldeado por una maravillosa tecnología patentada de inteligencia artificial que profundizó en un vasto océano de datos, iluminando el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerda que todos los derechos están reservados por SDG Investors LLC, lo que nos permite defender el progreso juntos.
Fuente: elperiodico.com
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El artículo “Sida, derechos y equidad: el reto más difícil” escrito por Jordi Casabona aborda la importancia de garantizar los derechos y la equidad en el contexto del VIH/SIDA. El autor resalta que a pesar de los avances en la prevención y el tratamiento del VIH/SIDA, todavía existen desigualdades y violaciones de derechos que dificultan la respuesta efectiva a esta enfermedad.
Casabona destaca la necesidad de abordar las barreras estructurales que perpetúan la desigualdad en el acceso a la atención médica y a los derechos básicos de las personas afectadas por el VIH/SIDA, como la discriminación, la estigmatización y la falta de acceso a servicios de calidad. Además, señala que es fundamental promover la participación activa de las personas afectadas y las comunidades en la toma de decisiones y en la implementación de políticas relacionadas con el VIH/SIDA.
En conclusión, el artículo resalta la importancia de abordar el VIH/SIDA desde una perspectiva de derechos y equidad, reconociendo que el reto más difícil radica en superar las barreras estructurales que perpetúan la desigualdad. Para lograrlo, es necesario garantizar el acceso universal a la atención médica y a los derechos básicos, así como promover la participación y el empoderamiento de las personas afectadas y las comunidades.